Seguimos con las entradas de Londres! Y hoy nos vamos a los días 5 y 6!
Para visitar el London Eye, os recomiendo ir con las entradas compradas (aquí). Y al comprarlas tenéis varias opciones. Comprarlas y no elegir el día, comprarlas eligiendo el día y no la hora, y comprarlas eligiendo día y hora. Obviamente, la última opción es la más barata y es la que nosotros escogimos. Aún así, no os libráis de pagar entre £20-30. ¿Compensa? Yo era la segunda vez que montaba, y la verdad, me encanta, no marea, no da vértigo… Pero volvemos a lo de siempre, si vais con un presupuesto muy ajustado, quizás pagar casi £30 por persona no compense.
Nosotros decidimos ir a primera hora, a las 10.00 porque así no íbamos a tener ningún retraso, y así nuestra aventura empezaba por allí.
Después de bajarnos del London Eye, visitamos los lugares «conocidos» que hay alrededor.
Es decir, ver el BigBen y las Houses of Parliament, el 10 de Downing St (que es un poco decepcionante, porque se ve desde una reja en un lateral) y la Abadía de Westminster.
Supongo que todo el mundo conoce esta iglesia por ser la elegida para las coronaciones y los actos importantes de la familia real británica. Es una iglesia anglicana que contiene un montón de historia y que, bajo mi punto de vista, vale mucho la pena visitar.
Con la entrada, te dan una audioguía gratuita, y ésta te va explicando todo el recorrido. También os podéis bajar la aplicación para el móvil! La entrada es bastante cara (£20) y la podéis comprar aquí. En la abadía no se pueden hacer fotos, en los exteriores y en el claustro sí. Pero de verdad, vale muchísimo la pena, yo estaba loca escuchando las historias.
Desde Westminster, fuimos caminando por St James’s Park hasta el Palacio de Buckingham, para poder verlo sin las aglomeraciones de los días de cambio de guardia (porque sí, amigos, en verano hay cambios de guardia un día sí y un día no, así que aseguraros de coincidir bien vuestra visita) y después volvimos andando por The Mall hasta Trafalgar Sq.
Un paseo que nos sirvió para crear hueco en el estómago para comer en Trafalgar, en Pret A Manger (nuestro nuevo mejor amigo). Queríamos ver las plazas más conocidas de día y de noche, así que, después de ver Trafalgar, dirigimos nuestros pasos hasta Picadilly Circus.
A mi Picadilly de día no me apasiona, la verdad. De noche es otro cantar, pero de eso hablaremos en próximas entradas!
Desde Picadilly Circus nos organizamos el camino para ir hasta Covent Garden pasando por la tienda de M&M’s (Swiss Court 1 Leicester Sq). Mucha gente la compara con la de New York, yo no tengo el placer, pero me flipó bastante. Y me flipó la cantidad de cosas absurdas que se pueden comprar en ella! Yo, como no, me compré M&M’s de colores.
Desde allí, fuimos a Covent Garden. Para mí era mi primera vez, y cómo me arrepiento de no haber ido antes! Me cautivó! Todo, la zona, las tiendas, la gente… Maravilloso, de verdad. Con deciros que no tengo una sola foto! Si sois locas de las compras, os recomiendo ir con dinero. El mercado en sí está super guay, con tiendas diferentes a lo que estamos acostumbrados (y también tiendas carísimas de la muerte). Incluso hay un restaurante de Jaime Oliver dentro! Y en los alrededores… Todo lo que una loca de las compras puede imaginar. Desde la boutique de Nars (la cual visité para ir a darle un besazo a la preciosa Ana Albiol(aunque ahora ya no está allí, seguidla porque su blog es maravilloso), pasando por Kikki-K, Michael Kors (y sí, pequé en MK…), Charlotte Tilbury (que también pequé)… Por no hablar de los pubs que hay alrededor, yo no sé si era el cansancio, pero nos sentamos en uno y estuvimos agustísimo!
De ahí, como buenas Potterhead, nos fuimos hasta el teatro donde está la obra de teatro de Harry Potter and The Curse Child.
Y sí, somos buenas frikis, pero fuimos en agosto y las entradas estaban agotadas hasta diciembre… Así que, si tenéis suerte y podéis ir a ver la obra de teatro… CONTADME!
De ahí, fuimos paseando hasta el Soho, viendo todas las tiendas de libros antiguos y queriéndonos llevar todos para casa. Y en el Soho, obviamente, tuvimos que ir a ChinaTown. Y allí, obviamente, tuvimos que cenar en un chino! Uno de los más conocidos es el Wong Kei (41-43 Wardour St) y aunque tiene muchísima fama, a mi me decepcionó un poco.
Y desde China Town, dirigimos nuestros pasos hasta Carnaby St, una calle de compras peatonal, que me robó el corazón. Lo malo (o lo bueno) es que llegamos cuando todas las tiendas estaban cerrada, por lo cual, vimos la calle desierta, a oscuras, y con las luces encendidas. Un placer, de verdad.
Y por último, fuimos caminando desde Carnaby Street hasta el metro en Oxford St, y pasamos por el edificio de Liberty, una PASADA.
Como ya os dije en entradas anteriores, nuestro hotel se encontraba muy cerca de esta zona, así que fuimos andando bien tempranito. El sábado es el día «grande» de Portobello, pero el resto de los días, aunque no haya tantos puestos, es más fácil de visitar.
Si al día siguiente vais a ir a Candem, os recomiendo guardar el dinero para los recuerdos allí, que son las mismas cosas y están más baratas. Algo que me gustó mucho de Portobello, fue la cantidad de puestos de comida que había! Y el buen rollo!
Al final, acabamos comiendo en Gourmet Burger Kitchen porque mis compañeros de viaje querían comer sentados y descansar, porque el día iba a ser muuuuy largo. La verdad es que conocía este restaurante de ver a youtubers ingleses ir, y me encantó! Es un sitio de hamburguesas en plan TOP, con acompañamientos riquísimos. Algo que se me pasó deciros, es que en Londres podéis pedir tap water, es decir, agua del grifo vaya, y no os cobran por ella!
Después de comer bastante tempranito, nos fuimos hasta el British, uno de los museos más impresionantes que hay.
Igual que en la National Gallery, o vas todo el día, o es inviable verlo todo. A mi la parte que más me llama la atención es Grecia y Egipto, así que, encaminamos nuestros pasos hacia allí. El edificio en sí es inmenso, creo que se podrían pasar dos o tres días visitando el museo con calma, pero nosotros teníamos 3 horas, así que las aprovechamos como mejor pudimos. Totalmente recomendable (aunque si podéis evitar ir un sábado de verano por la tarde, mejor, estaba llenísimo!)
Como os dije previamente, nuestro hotel se encontraba entre Nothing Hill y Hyde Park, pero aunque ya habíamos visto parte del parque, Hyde Park es inmenso, y el sábado al salir del British nos dedicamos a patearlo en condiciones, no sin antes, tirarnos en el cesped a merendar y a descansar un poco. Dentro del parque hay varias cosas dignas de mención, como el propio lago, el monumento a Diana, la estatua de Peter Pan (de la que hay una historia muy curiosa detrás, buscadla!), el monumento a Albert… Es cuestión de que coger un mapa y elegir los lugares que queréis visitar.
En mis anteriores visitas, nunca había ido a ver la estatua de Peter Pan, así que… tocó ir a verla! El monumento a Diana también lo vimos, es una fuente redonda, en la que te puedes mojar las pies y caminar sobre ella (un poco fail, la verdad) y estaba llenísima de gente, así que, no hay foto!
Y a medida que íbamos saliendo del parque, iba anocheciendo, y el monumento a Albert nos dejó una de las mejores fotos del viaje… Siempre me ha encantado este monumento, pero en este viaje me enamoró con esa luz, ese cielo… como dirían los ingleses… UNBELIEVABLE!
Y por último, para acabar el día y antes de ir al hotel… Yo no me podía ir de Londres sin ir a un Whole Foods! En este caso fuimos al de Kensington porque estaba muy cerca de la zona suroeste de Hyde Park. Es un super con comida orgánica y natural, en el que puedes comprar comida hecha y comerla en la parte de arriba. Y eso es básicamente lo que hicimos, porque pese a que yo quería cotillear todo, mi cuerpo me dijo basta…
Y por hoy, nada más! Espero que os haya gustado mucho la entrada de hoy! El martes que viene… La última!
With love,
Gata
Voy A dejar de leer las entradas porgue me dan ganas de volver y quedarme allí.
Me da una envidia cuando leo tus posts… quiero volver!